Florence Foster Jenkins fue una excéntrica heredera y dama de la alta sociedad neoyorquina en los años cuarenta del siglo XX que se convirtió en cantante de ópera a pesar de su escaso talento musical. En torno a tan singular personaje gira la última película del director británico Stephen Frears (Alta fidelidad, Philomena) que parte de un guion original de Nicholas Martin. La película no ha funcionado muy bien en taquilla, aunque si ha sido muy bien recibida por la crítica que ha elogiado la gran actuación de Meryl Streep que ha sido nominada a los Globos de Oro y al Oscar.
Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) es una rica mujer que vive en Nueva York, apasionada de la música, sobretodo de la ópera, ha fundado un club en el que realiza representaciones musicales y al que invita a sus amigos y otros miembros de la alta sociedad. Florence está casada con St. Clair Bayfield (Hugh Grant), aunque no conviven juntos pues ella tiene sífilis y no quiere contagiar a su marido. St. Clair cuida fervorosamente de ella durante el día y pasa las noches con su amante Kathleen Weatherley (Rebecca Ferguson).
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