En 1997, James Cameron conseguía una recaudación mundial de 1.840 millones de dólares con Titanic, lo que la situó como la película más taquillera de la historia (sin tener en cuenta la inflación) y siguió así hasta 2009 cuando se estrenó Avatar, también de Cameron. Un proyecto en el que no todo el mundo confiaba, hasta la propia Fox pensaba que sería un fiasco, pero se mantuvo quince semanas consecutivas en la primera posición de la taquilla estadounidense. Su reestreno en 3D en 2012 para conmemorar el centenario del hundimiento también fue un éxito, consiguiendo 58 millones de dólares en Estados Unidos y 285 millones en el resto del planeta, elevando la cifra de su recaudación global hasta los 2.185 millones de dólares.
El éxito no fue solo de público, también fue respaldada por la crítica, ganó casi noventa premios y tuvo otras cuarenta y siete nominaciones de diversos organismos de adjudicación de todo el mundo. Recibió 14 nominaciones a los Premios Oscar, empatando el récord establecido en 1950 por Joseph L. Mankiewicz con Eva al desnudo, ganó en once categorías, incluidas la de mejor película y mejor director. Como curiosidad, decir que ni Leonardo DiCaprio, ni el guion original de James Cameron fueron nominados y que las nominaciones que no consiguieron premio fueron las de Kate Winslet, Gloria Stuart y el mejor maquillaje. Fue la segunda película en ganar la mayor cantidad de Premios de la Academia, después de Ben-Hur en 1959. También ganó cuatro Globos de Oro (mejor película dramática, director, banda sonora original y canción original) y tres Premios Grammy (disco del año, canción del año y mejor canción escrita para una película).
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