Star Wars. Episodio VII: El despertar de la Fuerza («Star Wars. Episode VII: The Force awakens», 2015)

La esperada nueva entrega de la Saga Star Wars ya está en la cartelera para gozo de los seguidores incondicionales y desesperación de los menos entusiastas. Como no podía ser de otra manera llega rompiendo récords ya que la película ha recaudado más de 517 millones de dólares en todo el mundo convirtiéndose en la apertura más taquillera de la historia, también en España donde se convierte en la mejor apertura de 2015 y la película más taquillera de la saga Star Wars en su fin de semana de estreno, además de romper récords con la preventa con más de 295.000 entradas en todo el país. Voy a intentar no desvelar detalles vitales de la trama ni las sorpresas más importantes que nos depara esta entrega, pero es inevitable que se escape algún leve spoiler, así que avisados estáis.

La trama arranca unos treinta años después del Episodio VI: El retorno del Jedi, la mítica cabecera nos pone en antecedentes informando que el Imperio ha desaparecido, pero de entre sus miembros ha surgido una nueva organización, la Primera Orden, bajo el mandato del Líder Supremo Snoke. Luke Skywalker es el último Jedi vivo pero lleva varios años desaparecido, la Primer Orden lo busca para acabar con él pero también la República y la resistencia liderada por la General Leia Organa que ha enviado en una misión especial de búsqueda a su mejor piloto, Poe Dameron.

Lo imposible (2012)

Ya han pasado cinco semanas desde que Lo imposible se estrenó en los cines españoles y no deja de batir récord, lleva acumulados ya 30 millones de euros de recaudación y ha dejado a la última entrega de James Bond, Skyfall, en segunda posición el fin de semana de su estreno, algo inaudito pues en el resto de países donde se ha estrenado se ha colocado en cabeza. De hecho, ese fue el fin de semana que elegí para ver Lo imposible, el del estreno de Skyfall, y deciros que mi sala estaba llena, cuatro semanas después del estreno, me pareció asombroso.

María (Naomi Watts), Henry Bennet (Ewan McGregor) y sus tres hijos son una familia de origen anglosajón que por causa del trabajo del padre se encuentra viviendo en Japón. Deciden pasar el fin de año de 2004 en Tailandia, llegando a su hotel dos días antes del devastador tsunami que asolo las costas del océano Índico causando la muerte de miles de personas. Cuando la gigantesca ola invade el recinto de su hotel, la familia se separa, mientras María es arrastrada por el agua ve pasar a Lucas (Tom Holland), el mayor de sus hijos. Juntos lucharan contra todo por la supervivencia a la vez que intentan reencontrarse con el resto de la familia en medio de la incertidumbre y la desesperación que hay a su alrededor.

El gran año («The big year», 2011)

Si cogemos un tema, en principio anodino, como puede ser la observación de aves y le unimos unos paisajes naturales impresionantes, a tres de las mejores figuras de la comedia americana y un plantel de secundarios de lujo, el resultado es una deliciosa comedia con moraleja final. Aunque sospecho que los amantes de las aves la van a disfrutar más y escenas que a mi me provocan una sonrisa, a ellos les hará sentirse plenamente identificados.

El gran año es una competición que se celebra en EE.UU. y consiste en observar la mayor cantidad de aves en un año natural. Esta competición moviliza a tres personajes de muy distinta condición y con muy distintas motivaciones. Uno es Brad (Jack Black), un informático insatisfecho con su trabajo, divorciado y rozando la cuarentena que busca un estímulo contra la rutina que marca su vida. En una de las observaciones conoce al rico industrial Stu (Steve Martin), un poderoso hombre de negocios con una feliz vida familiar y a punto de jubilarse que decide dedicarse un tiempo a si mismo. El tercero en discordia es el contratista Kenny (Owen Wilson) que posee el último récord de un ‘Gran año’, pero eso no le satisface y decide que debe superar su marca antes que lo haga otro. Su mujer, que ansia tener un hijo, no esta muy de acuerdo con que de nuevo dedique un año a los pájaros lo que supondrá una dura prueba para ambos.