Un juicio, en el sentido jurídico, es un proceso contra una o varias personas sospechosas de haber cometido un delito en el cual se deliberará si hay pruebas suficientes para considerar si son culpables o no de lo que se les acusa.
Para que tenga lugar un juicio debe existir una polémica o disputa entre varias partes. El juicio puede ser penal o civil, dependiendo de quiénes sean las partes. Si la controversia es entre partes privadas, estaremos ante un juicio civil; si es el Estado quien actúa sobre una persona acusada de un delito, se tratará de un juicio penal. En un juicio civil, las partes son dos: demandante y demandada. El demandante es el que supuestamente ha sido perjudicado con los actos de la otra parte, la demandada. Ha de haber una demanda -previa denuncia- que se pondrá en conocimiento del tribunal de justicia. De esta forma, comienza el juicio, cuyo fin es dar solución a la controversia entre las partes.