Hay películas que por muchas veces que las haya visto, o por muy tarde que las programen en televisión, no puedo resistir verlas de nuevo y eso me pasa con Cadena de favores, y eso que una vez que conoces el desenlace, no soporta bien un segundo visionado.
Eugene Simonet (Kevin Spacey) es un profesor de ciencias sociales que decide asignarles a sus estudiantes la tarea de buscar métodos con los que ellos puedan mejorar el mundo, o por lo menos la comunidad que les rodea. Trevor McKinney (Jaley Joel Osment) es uno de sus alumnos de once años que se toma muy en serio la tarea e idea un sistema para ayudar a tres personas, de forma desinteresada, haciendo por ellas algo que no puedan hacer por sí mismas, cada una de esas tres personas deben ayudar a otras tres personas y así sucesivamente aumentando el número de beneficiados de forma exponencial. Trevor no está muy contento pues cree que no ha sido capaz de ayudar a las tres personas que se propuso, pero para sorpresa de todos, su propuesta está llegando más lejos de lo que pensaba.
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