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¿La vida es bella?

9 febrero 2009

¿La vida es bella?

Hay películas tristes y alegres; mientras las estás viendo lloras, ríes. Pero acaba la película y todo acaba. No vuelves a recordarlas a no ser que alguien te hable de ellas y dices: «está bien, me aburrió un poco…» Así son la mayoría. Pero hay otras películas, esas que hacen que se te forme un nudo en la garganta. Es como si algo cambiara en ti. Hacen que «sientas algo». Es muy difícil que ocurra algo así, las películas no suelen ser tan buenas, no están tan bien hechas. Ese «sentir algo» puede ser una sensación positiva, pero otras veces es algo desgarrador. No eres capaz de pensar: «no está ocurriendo, sólo es una película».

Cowboy de medianoche (1969). Un joven «paletillo» de Tejas, ridículo a todas horas con su traje de cowboy, viaja a Nueva York para abrirse camino como gigoló, pero no es todo tan fácil como él había imaginado. Conoce a un buscavidas, enfermo de tuberculosis, que decide vivir a su costa. No son más que unos pobres desgraciados en un mundo demasiado duro para dos perdedores. El sueño americano se derrumba. El único atisbo de esperanza es el apoyo mutuo de los dos.

Cowboy de medianoche

Cowboy de medianoche

Ladrón de bicicletas (1948). Ha terminado la Segunda Guerra Mundial. Europa está sumida en una posguerra mísera. La historia se desarrolla en Roma. Un hombre consigue trabajo pegando carteles en la calle, para lo que necesita tener una bicicleta. La consigue con un gran esfuerzo, pero se la roban. Tiene que  recuperarla con urgencia -la suya u otra- para poder empezar a trabajar. Aquí empieza el calvario de este hombre, narrado con toda la crudeza del Neorrealismo italiano. Terrorífica película, te convulsiona por completo.

Ladrón de bicicletas

Ladrón de bicicletas

Johnny cogió su fusil (1971). Johnny es un joven soldado que ha luchado en la Primera Guerra Mundial. Ha sido terriblemente herido, ha perdido los brazos, las piernas, parte de la cara, está sordo, ciego, mudo. Permanece en la cama de un hospital. Nadie sabe si siente, si oye, si se da cuenta de algo. Y sí, se da cuenta de todo. Eso es lo terrible, se da cuenta de todo, pero no tiene solución, él sólo quiere morir. Intenta comunicarse moviendo la cabeza lanzando un mensaje en morse, ¡mátame!, pero nadie lo entiende, ni siquiera saben que lanza un mensaje.

Johnny cogió su fusil

Johnny cogió su fusil

Días de vino y rosas (1962). Un matrimonio feliz deja de serlo. Él cae en las redes del alcohol. Ella nota que lo pierde. Para evitarlo, cae con él. Los borrachos necesitan compañía, ahora todo es mejor. Están juntos. Pero no puede acabar bien, en seguida te das cuenta de que no puede acabar bien. Cuando tocan fondo (pero fondo de verdad), él decide dejarlo. Consigue hacerlo. Él, sí. La película es sorprendente porque esperamos que Jack Lemmon nos haga reír; es a lo que estamos acostumbrados, y sin embargo, es como una bofetada. Esperas que se arregle, que lo dejen los dos y sean felices. Parece tan fácil que lo hagan…

Dias de vino y rosas

Días de vino y rosas

Cuando el viento sopla (1986). Película de desastres nucleares, pero no una película cualquiera. Para empezar, es una película de dibujos animados. Los protagonistas son una pareja de ancianitos encantadores. Ella es regordeta y con un delantal, parece que acabe de hacer una tarta de manzana y la haya puesto en la ventana a enfriar. Él es un viejecito al que todos queremos como abuelo. Se ve que la quiere y la cuida tanto… Un día vuelve a casa con un folleto sobre lo que el gobierno dice que hay que hacer ante una explosión  nuclear. Y ocurre. La película huye del dramatismo en todo momento. Éste lo aporta la naturalidad con que viven el desastre. Ella no parece darse cuenta de la gravedad y se preocupa por las cosas más cotidianas. Él no quiere asustarla, al fin y al cabo, ya nada tiene solución. Es la película que deberían ver los gobernantes, o que los ingenuos pensamos que deberían ver los gobernantes, pensando que se conmoverían.

Cuando el viento sopla

Cuando el viento sopla

Falso culpable (1956). Henry Fonda es un tranquilo padre de familia que tiene la mala suerte de que le confundan con el atracador de una compañía de seguros; varias empleadas le reconocen. Si te ocurre eso alguna vez, date por perdido, esa es una prueba irrefutable que ningún juez ni tribunal desoirá. Toda su vida se derrumba, la esposa sufre una crisis y debe ser internada en un psiquiátrico al no poder soportarlo. Así, los problemas de él se multiplican, su problema con la ley y el problema de salud de su mujer. Tienes la sensación de que te puede pasar a ti y no sabrías qué hacer. Si le pasa a Henry Fonda, con su cara de buena persona, ¿qué no te pasará a ti, que ves a la poli y te asustas? Hitchcock cuenta al principio que es un hecho real, pero no hubiera hecho falta, sabes que eso puede pasar. No te atrapan los extraterrestres ni los vampiros, es peor, la justicia no te hace justicia, ves que todos te reconocen como al atracador, ¿Cómo puede ser? Pues es. Muchos de nosotros hemos oído casos parecidos de primera mano o leídos en el periódico. Si alguien te atraca, estás asustado -muerto de miedo- y no conoces a esa persona, ¿cómo es posible que lo reconozcas días después, a no ser que tenga algo muy llamativo en la cara, en el cuerpo o en su forma de andar?

Falso culpable

Falso culpable

La leyenda del indomable (1967). Aparentemente, es una comedia. Un joven rebelde que ha vuelto de la guerra y no se adapta a los nuevos tiempos, se emborracha y rompe un parquímetro. Le condenan a dos años de trabajos forzados -pena que parece excesiva- en una prisión de la América profunda. Al entrar en el mundo carcelario tiene que hacerse cada vez más duro. La escena de los 50 huevos duros es inolvidable hasta para quien no ha visto la película, y también los presos en la carretera «¿puedo beber agua, jefe?» Pero es esa sonrisa cínica de Paul Newman la que habla de dramatismo, su madre no le quiere, pero él no pierde la sonrisa, ¿qué más se puede decir?

La leyenda del indomable

La leyenda del indomable

Alicia.

10 comentarios

  1. Grandes películas sin duda. Tomo nota de «Cuando el Viento Sopla» ya que no la conocía y te recomiendo «Barefoot Gen» en España titulada «Hiroshima» que fue distribuida en VHS hace unos años por manga films. Que es quizás mi película preferida sobre esa temática en cuanto a dibujos animados se refiere.

    Saludotes.


  2. Efectivamente son muy buenas películas, pero de todas ellas, ninguna como Johnny cogió su fusil para caer en una profunda tristeza y depresión.
    Pero a pesar de todo, debo ser algo morbosa, pues la he visto tres veces.

    Y que conste que no me gusta el cine de llorar o de ponerte triste.

    Por ejemplo, no pienso ver Camino, por muchos Goyas que tenga.


  3. Os recomiendo La tumba de las luciernagas, una pelicula muy triste pero a la vez muy bonita, sobre el cariño entre hermanos en medio de la crueldad de la guerra.


  4. Y que me decís de «La Vida es Bella», a la que alude tan acertadamente el título de esta entrada.
    Esa si que es triste, triste. Y a su vez bonita.


  5. Tomo nota de las películas que me habéis recomendado. Las veré tan pronto como pueda, tienen buena pinta (las he visto en un catálogo de películas).


  6. Excelente listado y muy de acuerdo. Aunque hay muchas más por agregar, esas creo que son las más representativas.

    Nos vemos.


  7. Me alegra que te haya gustado la selección, multimediax01, dime qué otras películas conoces que se encuadren en esta categoría, me gustaría verlas.
    Gracias.


  8. […] con mucha sobriedad y realismo para ser un film de animación, es capaz de conmover al más duro de los espectadores. Tiene algunos insertos de imágenes reales que no aportan nada a […]


  9. Excelente selección. No se puede decir más, cualquier añadido a lo que has dicho me parece sobrante.


  10. Gracias, Galo. Siempre eres bienvenido. 😉



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