65 años después de su clásico animado de 1950, Disney repite historia pero esta vez con acción real y suprimiendo el artículo en el título, ahora es simplemente Cenicienta y no «La Cenicienta». Pocas diferencias más podemos encontrar en la esencia de ambas películas, entonces ¿qué aporta esta versión que no hayas visto antes?, tres palabras: «pura magia Disney». Una historia tierna y sincera sobre temas universales como el dolor de la pérdida o la fortaleza para superar adversidades, envuelto en un diseño de producción espectacular y una maravillosa villana a la altura del desafío.
La trama, la que todos conocéis, una niña llamada Ella que crece feliz en la finca de sus padres, siendo adolescente su madre muere y años más tarde, su padre vuelve a casarse. En uno de sus muchos viajes, su padre enferma y también muere, en la casa nadie (excepto ella), parece sentirlo demasiado y tanto su madrastra, como sus dos hijas no muestran ningún respeto por el dolor de Ella y la convierten en su criada, llamádola Cenicienta. El Príncipe da una fiesta a la que todas las doncellas están invitadas, a Ella le hace mucha ilusión ir, pero su madrastra se lo impide, es entonces cuando recibe la vista de su Hada Madrina que le proporciona todo lo necesario para poder ir al baile, eso sí, debe regresar a casa a las doce en punto pues es cuando el hechizo desaparecerá.
Read the rest of this entry ?