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El último «cowboy» (30 años sin John Wayne)

11 junio 2009

John Wayne, el último "cowboy"

Tal día como hoy del año 1979 moría John Wayne -también conocido como «Duke» (El Duque)- en el Medical Center de la Universidad de California en Los Angeles.

John Wayne -cuyo verdadero nombre era Marion Michael Morrison– nació el 26 de mayo de 1907 en Iowa. Debido a una afección pulmonar del padre, la familia se traslada al desierto de Mojave, en California, buscando un clima más cálido, haciéndose cargo de un pequeño rancho. Aquí, el pequeño Marion aprende a montar a caballo con soltura. En 1916 el rancho fracasa, y la familia vuelve a mudarse, esta vez a Glendale, una localidad más cercana a Los Angeles. El padre se emplea en una farmacia -su anterior profesión- y Marion, con once años -todavía en la escuela- empieza a trabajar repartiendo periódicos y las recetas de su padre, y comienza a aficionarse al cine trabajando los sábados en una sala del pueblo.

En 1921 empieza a estudiar en el Instituto, destacando como jugador de fútbol americano. Al acabar el Instituto intenta ingresar en la Academia Naval de Annapolis, sin éxito. Consiguió ingresar en la Universidad del Sur de California matriculándose en Derecho con una beca deportiva jugando al fútbol americano. Una lesión cortó su carrera deportiva, perdió la beca y tuvo que dejar la Universidad.

El joven Marion en sus años de futbolista

El joven Marion en sus años de futbolista

Empezó a trabajar en el cine como obrero, y más tarde interviniendo de extra en algunas películas. Debuta como protagonista en 1930 en La gran jornada, pero la película es un fracaso, y tiene que conformarse con protagonizar multitud de películas de bajo presupuesto durante los años 30.

Carita de angel (1933)

Carita de angel (1933)

Su aparición en La diligencia le lanza al estrellato. En la década de los cuarenta, es excusado del servicio militar durante la Segunda Guerra Mundial. Sus papeles de hombre duro en westerns y en películas bélicas empiezan a forjar su leyenda. Se convierte en una estrella muy popular por su estilo duro, directo y simpático.

La diligencia (1939)

La diligencia (1939)

Los cincuenta constituyen, junto a la década anterior, la época de mayor esplendor de John Wayne como actor. En los años sesenta consigue mantener su popularidad y trabajar todavía en grandes películas. Se embarca en proyectos más personales, con un marcado carácter político, como El Álamo y Los Boinas Verdes. Gana el Oscar en 1969.

El Álamo (1960)

El Álamo (1960)

Por último, la década de su muerte es también la de la muerte del western como género cinematográfico, como si ambos -el cine del oeste y John Wayne– fueran unidos irremediablemente.

Sobre su nombre.

En su certificado de nacimiento consta como nombre original el de Marion Robert Morrison. Al nacer su hermano menor en 1911 sus padres le llamaron Robert Emmett, y a Duke le cambiaron el nombre de Marion Robert por Marion Michael. Para aumentar la confusión, varios de sus biógrafos sugieren que el segundo nombre que le pusieron esta vez era Mitchell y no Michael, y que Wayne, una vez alcanzada la fama, contribuyó deliberadamente a alimentar el equívoco.

Ya trabajando en el cine, pensó en cambiarse el nombre -Marion le parecía afeminado- por el de Tony Morrison, pero lo descartó. Finalmente apareció por primera vez en los títulos de crédito como Duke Morrison en Words and Music (1929).

En su primera película como protagonista La gran jornada (1930), el estudio cree que debe cambiarse el nombre. El director Raoul Walsh sugiere el nombre de Anthony Wayne, por el general de la Guerra de la Independencia «Mad» Anthony Wayne. Al jefe del estudio Winfield Sheehan le gustó el apellido, no así el nombre. Walsh propuso entonces el nombre de John Wayne. A Sheehan le pareció bien y acordaron ese nombre, todo esto a espaldas de Duke, que no participó en la discusión.

La gran jornada (1930)

La gran jornada (1930)

En cuanto al apelativo de Duke, parece ser que en su infancia en Glendale, el pequeño Marion pasaba todos los días por delante del parque de bomberos de la localidad, siempre acompañado por su perro Duke. A uno de los bomberos le debió llamar la atención la inseparable pareja, y empezó a llamar «little Duke» a Marion, con tan buena fortuna que el apodo le acompañó durante toda su vida.

Filmografía.

John Wayne había trabado amistad con el actor de westerns de cine mudo Tom Mix. Éste le consiguió un trabajo de verano como utilero en los estudios de cine en los que trabajaba a cambio de entradas para los partidos de fútbol americano. Empieza a trabajar para la Fox, hace buena amistad con John Ford y a colaborar en diversas películas como extra, siendo su primera participación en La estudiante (1926) de Jack Conway.

El primer plano de su carrera cinematográfica, como extra en "La estudiante" (1926). Es el futbolista de la derecha.

El primer plano de su carrera cinematográfica, como extra en «La estudiante» (1926). Es el futbolista de la derecha.

La primera película en que aparece en los créditos es Words and Music (1929) de James Tinling; y consigue su primer papel como protagonista en la ya mencionada La gran jornada (1930) de Raoul Walsh. El fracaso en taquilla de ésta relega a Wayne a papeles menores en películas A y a interpretar westerns de bajo presupuesto para compañías pequeñas como la Lone Star, Monogram y Mascot. La carrera de Wayne se queda estancada en esta serie de películas de baja calidad durante todos los años 30, llegando a interpretar más de 70 películas de este tipo. Al menos le sirvieron para aprender el oficio y ganarse la vida en plena época de la Gran Depresión.

Su oportunidad le llega cuando John Ford le llama para interpretar La diligencia (1939). La película que le lanzaría a la fama y revitalizaría el género del western, hasta ese momento un género menor y absolutamente agotado.

La diligencia (1939)

La diligencia (1939)

Adoptando muchas de las maneras del expresionismo alemán y anticipando técnicas narrativas que más adelante veremos totalmente desarrolladas en Ciudadano Kane, John Ford nos hace una magistral descripción de una serie de personajes enclaustrados en un espacio cerrado, con todos los atributos del género perfectamente narrados. John Wayne hace una magnífica interpretación como Ringo Kid.

Mando siniestro (Raoul Walsh, 1940).

Mando siniestro (1940)

Mando siniestro (1940)

Hombres Intrépidos (John Ford, 1940).

Hombres intrépidos (1940)

Hombres intrépidos (1940)

Siete pecadores (Tay Garnett, 1940).

Piratas del mar Caribe (Cecil B. DeMille, 1942).

Los usurpadores (Ray Enright, 1942).

Forja de corazones (Lewis Seiler, 1942).

Él y su enemiga (Edwin L. Marin, 1944).

Él y su enemiga (1944)

Él y su enemiga (1944)

No eran imprescindibles (John Ford, 1945), curiosa película de guerra basada en las experiencias personales del director en la guerra, en la que en vez de mostrarnos a personajes heroicos, nos relata la vida gris de una serie de soldados dedicados a reparar lanchas torpederas.

No eran imprescindibles (1945)

No eran imprescindibles (1945)

El ángel y el pistolero (James Edward Grant, 1947).

El ángel y el pistolero (1947)

El ángel y el pistolero (1947)

Río Rojo (Howard Hawks, 1948) uno de los mejores western de la historia. Épica, grandiosa, emotiva, compleja, llena de elementos narrativos multitud de veces copiados en películas posteriores. El conflicto entre un viejo ranchero y su hijo adoptivo, de quien se siente traicionado, en medio de la dureza y los peligros de un terreno virgen e inexplorado. John Wayne demuestra sus cualidades como actor.

Río Rojo (1948)

Río Rojo (1948)

Río Rojo (1948)

Río Rojo (1948)

Tres padrinos (John Ford, 1948), atípico western -en realidad es un delicioso cuento de navidad- en el que tres ladrones de bancos huyen a través del desierto y al encontrarse con una parturienta moribunda tienen que hacerse cargo del recién nacido.

Tres padrinos (1948)

Tres padrinos (1948)

Arenas sangrientas (Allan Dwan, 1949) nos narra la batalla Iwo Jima. John Wayne estuvo nominado al Oscar.

Arenas sangrientas (1949)

Arenas sangrientas (1949)

Río Grande (John Ford, 1950), la tercera película de lo que se ha llamado la Trilogía de la Caballería de Ford -junto con Fort Apache (1948) y La Legión Invencible (1949)-. Otro de los homenajes de Ford a la vida militar en esta historia en la que un coronel tiene bajo su mando a su propio hijo, al que no veía desde hacía 15 años.

Fort Apache (1948)

Fort Apache (1948)

La legión invencible (1949)

La legión invencible (1949)

Río grande (1950)

Río grande (1950)

El hombre tranquilo (John Ford, 1952). Sean Thornton es un pacífico hombre, ex-boxeador, que regresa a su Irlanda natal de la que salió cuando era niño. Allí se enamora de una chica y tiene que enfrentarse a las costumbres locales y la oposición del hermano de ella. John Ford nos ofrece, con esa asombrosa facilidad para construir personajes que sólo él tenía, una comedia irrepetible.

El hombre tranquilo (1952)

El hombre tranquilo (1952)

Hondo (John Farrow, 1953).

Escrito en el cielo (William A. Wellman, 1954).

Centauros del desierto (John Ford, 1956). Ethan Edwards regresa a su hogar tras la Guerra de Secesión. Poco después su familia es atacada por los comanches, llevándose raptada a su sobrina. Ethan dedicará los cinco años siguientes en perseguir a los comanches para rescatar a su sobrina, acompañado por otro sobrino. Película compleja en su aparente sencillez, épica, poética, inmersa en el valor, el tesón, el odio y la intolerancia, es considerada uno de los hitos del cine. John Wayne construye uno de los mejores personajes de su carrera, atormentado, complejo, vengativo y solitario.

Centauros del desierto (1956)

Centauros del desierto (1956)

Centauros del desierto (1956)

Centauros del desierto (1956)

Escrito bajo el sol (John Ford, 1957).

Escrito bajo el sol (1957)

Escrito bajo el sol (1957)

Río Bravo (Howard Hawks, 1959). Otro de los grandes westerns de Hawks y Wayne. Un sheriff -acompañado de un alcohólico, un viejo cascarrabias, un joven pistolero y una mujer- se enfrenta a un rico terrateniente que quiere sacar de la cárcel a un hermano. Sorprendente fluidez narrativa en una película de 140 minutos que se ve en un suspiro, con una memorable interpretación de Walter Brennan.

Río Bravo (1959)

Río Bravo (1959)

Río Bravo (1959)

Río Bravo (1959)

Misión de audaces (John Ford, 1959). Ambientada en la Guerra de Secesión americana, un regimiento del norte debe infiltrarse en territorio confederado para llevar a cabo una difícil misión. En contraposición a las anteriores películas de Ford de exaltación de la vida militar, ésta parece más un alegato antibelicista, mostrando las miserias de la guerra. Excelentes las interpretaciones de John Wayne -el duro coronel Marlowe, un ingeniero que tiene que destruir las cosas que construye en la vida civil- enfrentado a William Holden -el mayor Kendall, un médico de principios humanistas-.

Misión de audaces (1959)

Misión de audaces (1959)

El Álamo (John Wayne, 1960) nos cuenta la historia del famoso sitio sufrido por los tejanos a manos de los mejicanos, dirigida por el mismo Wayne.

El Álamo (1960)

El Álamo (1960)

Alaska, tierra de oro (Henry Hathaway, 1960).

Alaska, tierra de oro (1960)

Alaska, tierra de oro (1960)

Los comancheros (Michael Curtiz, 1961).

Los comancheros (1961)

Los comancheros (1961)

El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962). Un joven abogado llega a un pequeño pueblo del oeste para ejercer su profesión, pero se encuentra que el temido pistolero Liberty Valance campa a sus anchas, y sus deseos de impartir justicia con las leyes tienen poco que hacer en ese mundo hostil. La historia de una carrera política construida sobre una mentira. El eterno dilema entre la civilización y la violencia cuando no queda otro recurso, en otro de los westerns míticos de Ford y de la historia del cine.

El hombre que mato a Liberty Valance (1962)

El hombre que mato a Liberty Valance (1962)

El hombre que mato a Liberty Valance (1962)

El hombre que mato a Liberty Valance (1962)

¡Hatari! (Howard Hawks, 1962). Un grupo de cazadores de animales para zoológicos se ve perturbado por la llegada de una guapa fotógrafa. De nuevo la maestría de Hawks nos ofrece un puro entretenimiento de 159 minutos deseando que dure más, en esta historia de aventuras, amistad y compañerismo.

¡Hatari! (1962)

¡Hatari! (1962)

El día más largo (Ken Annakin, Andrew Marton, Bernhard Wicki, 1962).

La conquista del oeste (John Ford, Henry Hathaway, George Marshall, 1962).

La taberna del irlandés (John Ford, 1963).

La taberna del irlandés (1963)

La taberna del irlandés (1963)

Los cuatro hijos de Katie Elder (Henry Hathaway, 1965). Cuatro hermanos vuelven al pueblo para acudir al entierro de la madre. Pronto descubren que el padre perdió las tierras en una partida que le costó la vida.

Los cuatro hijos de Katie Elder (1965)

Los cuatro hijos de Katie Elder (1965)

El Dorado (Howard Hawks, 1966). Un sheriff borracho, un veterano pistolero con ataques de parálisis, un viejo loco y un joven extravagante, tienen que hacer frente a una banda de asesinos contratada por un terrateniente al que tienen preso. Howard Hawks vuelve a hacer Río Bravo con ligerísimas diferencias, y vuelve a ofrecernos un maravilloso entretenimiento con más dosis de comedia que su predecesora.

El Dorado (1966)

El Dorado (1966)

Ataque al carro blindado (Burt Kennedy, 1967).

Ataque al carro blindado (1967)

Ataque al carro blindado (1967)

Boinas verdes (Ray Kellogg, John Wayne, 1968). Durante la Guerra de Vietnam, un coronel de los Boinas verdes invita a un reportero a que les acompañe en una misión. Una de las pocas películas -si no la única- a favor de la Guerra de Vietnam, co-dirigida por el propio Wayne. Correcta película bélica con una gran carga ideológica.

Boinas verdes (1968)

Boinas verdes (1968)

Valor de ley (Henry Hathaway, 1969). Una joven contrata a un viejo, tuerto y bebedor comisario federal para encontrar al asesino de su padre. Correcto western de Hathaway, con suficientes dosis de humor, acción y aventuras, que le valió un merecidísimo Oscar a Wayne, reparando la deuda que la Academia tenía con el actor.

Valor de ley (1969)

Valor de ley (1969)

Valor de ley (1969)

Valor de ley (1969)

Chisum (Andrew V. McLaglen, 1970). Una de las pocas películas medianamente salvables de Andrew V. McLaglen -hijo de Victor McLaglen– incapaz de dar profundidad a ninguna de sus películas.

Río Lobo (Howard Hawks, 1970). Un ex-coronel yanki y un ex-capitán confederado se unen para perseguir a un grupo de ex-combatientes sudistas que se han convertido en una banda de forajidos. La despedida de Howard Hawks del mundo del cine con este western tardío, es inferior a sus obras anteriores, pero sigue conservando la maestría en la fluidez narrativa, la carga dramática de sus personajes y el sentido del humor.

Río Lobo (1970)

Río Lobo (1970)

El gran Jack (George Sherman, 1971).

El gran Jack (1971)

El gran Jack (1971)

John Wayne y los cowboys (Mark Ridell, 1972). Horroroso título en español de The Cowboys. Un ranchero que se ha quedado sin hombres por culpa de la fiebre del oro, se ve obligado a contratar niños para conducir el ganado. A excepción de la parte final y resolutiva de la historia, un más que digno y original western.

Ladrones de trenes (Burt Kennedy, 1973).

Ladrones de trenes (1973)

Ladrones de trenes (1973)

El rifle y la Biblia (Stuart Millar, 1975). Continuación de Valor de ley, interpretando al mismo Rooster Cogburn que le valió el Oscar, esta vez al lado de otra leyenda del cine, Katharine Hepburn.

El rifle y la Blibia (1975)

El rifle y la Blibia (1975)

El último pistolero (Don Siegel, 1976). Un legendario pistolero regresa a su pueblo para pasar los últimos días que le quedan de vida debido a un cáncer. Un acierto el de Don Siegel al decidirse a hacer esta película que puede considerarse el testamento cinematográfico de Wayne y del western en general.

El último pistolero (1976)

El último pistolero (1976)

Sus ideas políticas.

John Wayne fue un republicano conservador, un hombre de derechas. Según algunos, por algunas de sus manifestaciones, podría considerársele incluso en la extrema derecha.

Participó en la creación de la Alianza Cinematográfica para la Preservación de los Ideales Americanos en 1943, y fue elegido presidente de esa organización en 1947.

Fue un declarado anticomunista, y defensor del Comité de Actividades Antiamericanas.

En 1968, el partido republicano le propuso presentarse como candidato a presidente, pero Wayne lo rechazó, diciendo que ningún americano tomaría en serio a un actor como candidato a la Casa Blanca. Sin embargo, apoyó a Ronald Reagan como candidato a gobernador de California en 1966.

Bob Hope, John Wayne, Ronald Reagan y Dean Martin

Bob Hope, John Wayne, Ronald Reagan y Dean Martin

Apoyó la Guerra de Vietnam.

En los últimos años de su vida, tras la dimisión del presidente Nixon y el fin de la Guerra de Vietnam, sus ideas políticas se moderaron. Asistió a la posesión del presidente Jimmy Carter. En 1978, apoyó a los demócratas y al presidente Carter, en contra de sus socios republicanos, por la cuestión del Canal de Panamá. Pensaba que el Canal pertenecía a Panamá y no a los Estados Unidos.

Según el propio Wayne, se consideraba socialista durante su primer año en la universidad. Durante sus primeros años en Hollywood, se describía como un liberal, votando a favor de Roosevelt en 1936. En 1938, participó en la recaudación de fondos para un candidato democráta. Cuenta Henry Fonda que Wayne se llamaba así mismo liberal para no caer en desgracia ante John Ford, un activista demócrata.

Datos y curiosidades.

John Wayne participó en alrededor de 170 películas.

Es el actor con más interpretaciones como protagonista, 142.

(Atención: SPOILER) De todas las películas que hizo, su personaje sólo moría en ocho:

Piratas del mar Caribe (1942), por ataque de un pulpo.

Piratas del mar Caribe (1942)

Piratas del mar Caribe (1942)

The Fighting Seabees (1944), por disparos.

La venganza del bergantín (1948), ahogado.

Arenas sangrientas (1949), por disparos.

Arenas sangrientas (1949)

Arenas sangrientas (1949)

El Álamo (1960), por una lanza y una explosión.

El hombre que mató a Liberty Valance (1962), de muerte natural.

John Wayne y los cowboys (1972), por disparos.

El último pistolero (1976), por disparos.

Los directores con los que más trabajó:

John Ford, 21 películas.

Wayne y Ford

Wayne y Ford

Robert N. Bradbury, 14.

George Sherman, 9.

Henry Hathaway, 8.

Howard Hawks, 5.

William A. Wellman, 5.

Joseph Kane, 5.

Andrew V. McLaglen, 5.

Armand Schaefer, 4.

Michael Curtiz, 3.

Las actrices con las que más compartió reparto:

Maureen O’Hara, 5 películas.

Wayne y O'Hara

Wayne y O’Hara

Ann Lee, 5.

Vera Miles, 4.

Claire trevor, 4.

Marlene Dietrich, 3.

Dietrich y Wayne en "Siete pecadores" (1940)

Dietrich y Wayne en «Siete pecadores» (1940)

Susan Hayward, 3.

Su primer salario en el cine fue de diez dólares diarios. En Río Lobo cobró un millón de dólares.

A uno de sus hijos le puso de nombre Ethan, por su personaje de Ethan Edwards en Centauros del desierto.

El Aeropuerto del Condado de Orange lleva su nombre.

Estatua en su honor a la entrada del Aeropuerto John Wayne

Estatua en su honor a la entrada del Aeropuerto John Wayne

En 2004 el Servicio Postal de Estados Unidos emitió un sello de 37 centavos con la imagen de John Wayne.

Perteneció a una Logia Masónica.

Tal era su fama que, cuando el emperador Hirohito visitó América en 1975, pidió conocer al actor. John Wayne fue llamado y acudió a la recepción.

Documentos soviéticos publicados en 2003 revelan que, a pesar de ser un seguidor de las películas de Wayne, José Stalin ordenó su asesinato debido a su fuerte apoyo a la política anticomunista de su país. Pero Stalin murió antes de que se pudiera llevar a cabo. Según Wayne, Nikita Kruschev, en una visita a Estados Unidos en 1958, le dijo que él personalmente había revocado esa orden.

Hizo tres películas con Kirk Douglas, a pesar de sus claras diferencias políticas. Douglas diría después que era un verdadero profesional que trabajaba con cualquiera que fuera adecuado para el papel.

Después de ver la actuación de Wayne en Río Rojo, de Howard hawks, John Ford dijo: «No sabía que el muy hijo de puta podía actuar».

Ford y Wayne

Ford y Wayne

A menudo fue tildado de racista y homófobo, sin embargo, las tres esposas que tuvo eran hispanas, y entre sus grandes amigos se encontraban Sammy Davis Jr. y Rock Hudson.

Se convirtió al Catolicismo poco antes de morir.

Al contrario de lo que comunmente se cree, en la lápida de su tumba no figuran las palabras: «Feo, fuerte y formal» (así, en español). Fue enterrado de forma anónima, sin ninguna inscripción, por miedo a que los contrarios a la Guerra de Vietnam profanaran su tumba. Veinte años después se puso una lápida con unas frases de propio Wayne sobre «el mañana».

La inscripción el la tumba de John Wayne

La inscripción en la tumba de John Wayne

En 1973 fue galardonado con la Medalla de Oro de la Fundación Nacional de Fútbol Americano por su época de jugador en el Instituto de Glendale y en la Universidad del Sur de California.

En 1979, el Congreso de los Estados Unidos le concedió la Medalla de Oro del Congreso, testificando en su apoyo figuras de Hollywood como Maureen O’Hara, Elizabeth Taylor, Frank Sinatra, Katharine Hepburn, Gregory Peck, Kirk Douglas y James Stewart. En 1980, el presidente Carter le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, por lo que Wayne ostenta las dos más altas distinciones civiles americanas.

Sello de 37 centavos y la Medalla de Oro del Congreso

Sello de 37 centavos y la Medalla de Oro del Congreso

John Wayne dijo:

«Cuando la gente dice que una película de John Wayne tiene malas críticas, siempre me pregunto si saben que eso es una frase redundante, pero diablos, no me importa. A la gente le gustan mis películas, y eso es lo que cuenta».

«Sé lo que piensan los críticos: que no puedo actuar. ¿Qué es, sin embargo un gran actor? Por supuesto, se puede decir que un gran actor es uno que puede interpretar muchos papeles diferentes, como Lawrence Olivier. Pero todos los papeles que yo he interpretado eran trajes a medida hechos para mí».

«Yo interpreto a John Wayne en todas las películas sin tener en cuenta al personaje, y he estado haciéndolo bien, ¿no cree?»

Escrito bajo el sol (1957)

Escrito bajo el sol (1957)

«Yo no actúo… reacciono». (La frase tiene más gracia en inglés: «I don’t act… I react»).

«Yo quiero interpretar a un hombre real en todas mis películas, y defino la masculinidad de forma muy simple: el hombre debe ser duro, justo, y valeroso, nunca pequeño, nunca buscando una pelea, pero nunca dando la espalda a una».

«Yo me ciño a los temas sencillos, el amor, el odio, sin matices. Me aparto de las escenas de sofá de psicoanalista. Los sofás sólo son buenos para una cosa».

El pastor de las colinas (1941)

El pastor de las colinas (1941)

«Nunca he tenido un maldito problema artístico en mi vida, nunca, y he trabajado con los mejores. John Ford no es exactamente un cualquiera, eh. Nunca me dijo ninguna mierda sobre arte. Él sólo hacía películas, y eso es lo que yo hago».

(Al ser preguntado si nunca había sido aconsejado por el presidente Nixon al hacer sus películas) «No, todas ellas han sido un éxito».

«Yo no quiero aparecer en una película que pueda avergonzar a un espectador. Un hombre puede llevar a su esposa, madre e hija a una de mis películas y nunca estar avergonzado por ello».

«Leí en algún sitio que yo hacía películas serie B. Diablos, estaban mucho más abajo que eso en el alfabeto… pero no tan abajo como R y X. Yo creo que cualquier hombre que hace una película para adultos, debería llevar a su hija para verlo».

Oliver Hardy y John Wayne en "El Luchador de Kentucky" (1949)

Oliver Hardy y John Wayne en «El Luchador de Kentucky» (1949)

«Si hubiera sabido que iba a pasar esto, me habría puesto un parche en el ojo hace 40 años». (Al recoger el Oscar por Valor de ley).

(Sobre los Oscars) «Los premios no puedes comértelos, y lo que es más importante, no puedes bebértelos».

«Nunca confío en un hombre que no bebe».

«Bebo por camaradería, y cuando bebo por camaradería no me molesto en llevar la cuenta».

(Al ser preguntado por su «pelo falso» en 1974) «No es falso, es pelo real. Por supuesto, no es mío, pero es real».

Hombres intrépidos (1940)

Hombres intrépidos (1940)

«Hay muchas historias sobre cómo llegué a ser llamado «el Duque». Una era que yo interpreté el papel de un duque en una obra escolar, que nunca hice. A veces, ¡incluso han dicho que yo era descendiente de la realeza! Era todo basura. ¡Diablos, la verdad es que llevo el nombre de un perro!».

» Me gustaría ser recordado así… los mejicanos tienen una frase, ‘Feo, fuerte y formal’«.

«El valor es estar muerto de miedo, y ensillar a pesar de ello».

«Es bastante evidente que el comunismo todavía es una amenaza. Sí, son seres humanos con derecho a su punto de vista».

«Me molesta la ambigüedad. La perversión y la corrupción se disfrazan de ambigüedad. No confío en la ambigüedad».

Los comancheros (1961)

Los comancheros (1961)

«Contrariamente a lo que la gente piensa, no soy un político, y cuando tengo algo que decir lo digo a través de mis películas».

«‘Solo ante el peligro’ fue la cosa más anti-americana que he visto en mi vida. La última cosa de la película es el viejo Coop (Gary Cooper) poniendo la insignia de marshall de los Estados Unidos bajo su pie y pisándola. Nunca me arrepentiría si hubiera echado de este país al guionista».

(Sobre Frank Capra) «Me gustaría coger a ese pequeño hijo de puta y romperlo en mil pedazos, tirarlo al océano y verlo flotar de vuelta a Sicilia, donde pertenece«.

«Esa pequeña pandilla del Este se ha llevado una gran satisfacción personal revisando mis ideas políticas en vez de mis películas. Pero un día, esos liberales doctrinarios se despertarán para encontrarse con que el péndulo ha oscilado al otro lado».

Arenas sangrientas (1949)

Arenas sangrientas (1949)

«Muy pocos de los llamados liberales tienen una mentalidad abierta… gritan y no te dejan hablar si discrepas con ellos».

«No creo que un tío deba poder sentarse sobre su culo y recibir bienestar. Me gustaría saber por qué los idiotas bien-educados siguen disculpando a los vagos, quejándose, pensando que el mundo les debe la vida».

«Si no hubiera sido por el fútbol y el hecho de que me rompí la pierna y tuve que entrar en el mundo del cine para comer, quién sabe, yo podría haber sido un Demócrata liberal».

«Soy un pensador progresista, aunque no estoy en la onda liberal».

«Algunas personas me dicen que no todo es blanco y negro. Pero yo digo ¿por qué diablos no?»

Valor de ley (1969)

Valor de ley (1969)

«Creo en la supremacía blanca hasta que los negros sean educados al punto de responsabilidad. No creo en dar autoridad y posiciones de dirección y juicio a personas irresponsables».

«Yo no creo que nos equivocáramos tomando este gran país y apartando a los indios. Había un gran número de personas que necesitaban nuevas tierras, y los indios intentaban quedárselas para ellos egoístamente».

«Mira, estoy seguro que ha habido desigualdades. Si esas desigualdades están afectando a cualquiera de los indios que viven ahora, entonces tienen derecho a una audiencia judicial. Pero de lo ocurrido hace 100 años en nuestro país no se nos puede culpar a nosotros hoy».

Centauros del desierto (1956)

Centauros del desierto (1956)

«Esto puede ser una sorpresa para usted, pero yo no estaba vivo cuando se crearon las reservas -aunque parezca tan viejo-. No tengo ni idea cual habría sido el mejor método para tratar con los indios en el siglo XIX. Nuestros antepasados, evidentemente, pensaban que estaban haciendo lo correcto».

«Conozco a Jane Fonda desde que era una niña pequeña. Nunca he estado de acuerdo con una sola palabra de las que ha dicho, pero daría mi vida defendiendo su derecho a decirlas».

«Sabes, oigo a todo el mundo hablando sobre el abismo generacional. A veces no sé de qué están hablando. Yo debería saber un poco, si estoy cayendo en ello. Tengo siete hijos y dieciocho nietos, y no parece que tenga ningún problema para hablar con cualquiera de ellos. Nunca lo he tenido, y no pienso empezar ahora».

Ataque al carro blindado (1967)

Ataque al carro blindado (1967)

«He intentado vivir mi vida para que mis familia me ame y mis amigos me respeten. Los demás pueden hacer lo que demonios les plazca».

«Soy un viejo avaro, la vida ha sido buena conmigo, y quiero un poco más de ella».

«Habla bajo, habla despacio y no hables demasiado».

Su enfermedad.

En 1964 le diagnosticaron cáncer de pulmón. En una severa operación le extirparon un pulmón y varias costillas, pudiendo vencer al cáncer. Se ha comentado en muchas ocasiones que la causa del cáncer de Wayne fue que había estado expuesto a las radiaciones del campo de pruebas nucleares del desierto de Utah, cerca del cual se rodó El conquistador de Mongolia. Para probar esta afirmación se alega el gran número de personas que participaron en el rodaje y murieron de cáncer. Lo cierto es que John Wayne fumaba cinco cajetillas de tabaco diarias.

Fumador empedernido

Fumador empedernido

Se sometió a una cirugía de próstata en 1976.

En enero de 1979, cuando John Wayne ingresó en el hospital para una cirugía de vesícula biliar, los médicos descubrieron que tenía un cáncer de estómago. Se le extirpó el estómago.

En mayo volvió al hospital, descubriéndose que el cáncer se había extendido a los intestinos.

Entró en coma el 10 de junio, muriendo a las 17:35 de la tarde del día siguiente.

El último plano de su extensa carrera en "El último pistolero" (1976)

El último plano de su extensa carrera en «El último pistolero» (1976)

John Wayne fue una personalidad polémica, chapado a la antigua, fiel a sus ideales, muy discutido por sus ideas políticas, y muy querido por los que le conocieron. Es un icono de la cultura popular estadounidense; uno de los mayores representantes de los valores tradicionales norteamericanos más profundos; arquetipo del hombre de frontera, primario, rudo, directo, honesto; el mayor exponente del western, y, lo que es más importante -sobre todo para los que seguimos disfrutando con sus películas- un más que aceptable actor y, sin ninguna duda, una de las más grandes estrellas que ha dado el cine. Su nombre brilla en un lugar destacado de la historia del séptimo arte.

John Wayne

John Wayne

Carlos.

17 comentarios

  1. Bonito homenaje, muy bien documentado.

    ¡Qué infinidad de buenas películas hizo este actor!. Me resulta gracioso y curioso todo el tema de su nombre. Y también, la de películas de Rios que ha hecho (Bravo, Lobo, Grande, Rojo…)

    Un saludo.


  2. Decir western, allá donde vayas, será decir John Wayne, aquí y en la China popular.

    Lo de la confusión con los nombres, he leído que es algo bastante recurrente en muchos artistas, así como el secreto de su edad, y en muchos casos se ha usado como auto-promoción.

    Gracias a todos los datos que habéis aportado, ahora ya tengo un tema de conversación más con los abuelos, la vida de John Wayne.

    Gracias!

    Un saludo


  3. Gracias Ascen.

    Sí que es curioso lo de tanto río. Yo supongo que evoca a naturaleza salvaje, a teritorios sin explorar y a frontera. Pero hay más curiosidades respecto a los ríos:
    Excepto «Río Rojo», cuyo título original es, obviamente, «Red River», los demás, «Río Grande», «Río Bravo» y «Río Lobo», sus títulos originales son en español (bueno, casi español, porque ellos no ponen el acento).
    Hay más curiosidades: Río Grande y Río Bravo son el mismo río, que hace frontera entre Estados Unidos y México, y es denominado así por estadounidenses y mejicanos respectivamente.
    Y hay más westerns con nombre de río: «Río Conchos», «Río de plata» (Silver River) y «Río Rattler». (Vaya conferencia fluvial).

    Jo, elfilosofoloco, a mí me han gustado siempre las películas de John Wayne, me has hundido en la miseria con eso de los abuelos. 🙂


  4. ¿Por qué? Hablar con las personas mayores puede hacerte aprender y reflexionar un montón.

    Lo de «abuelos» es solo un cariñoso apelativo. Demos gracias si llegamos a ser abuelos.

    Un saludo!


  5. Claro que sí, era broma.


  6. 😀


  7. solo puedo decir, como fan de J.W. que…

    GRACIAS.


  8. Alucino con este blog. Felicidades.

    Saludos.


  9. Una infinidad de cosas me separan de J. W.(o Chisum o Tom Doniphon o Cole Thornton o …), distancia, generación, ideas, pero su figura en el lejano cine de pueblo, en mi lejana infancia, hizo que amara la magia de una sala cinematográfica. ¡Hey John! you never walk alone.


  10. Como me gustan sus películas, mi preferida es Río Bravo (1959). Te felicito por el espectacular posteo que realizaste. Muy buena la información, saludos.-


  11. Os agradezco a todos vuestros comentarios, sois todos muy amables.


  12. Que valiosa información sobre este excepcional hombre y actor, gracias.
    La verdad que sus películas para mi son auténtico arte del buen hacer de antes y actores como él sólo encuentras uno, una pena y una alegría a la vez.

    Por fortuna siempre podremos verle cabalgando con su winchester gracias a los dvds.

    Viva John Wayne y la Madre que lo parió!!!


  13. que pena no poder llevar unas flores a su tumba real, y decirle gracias por todas las emociones, sueños y aventuras que vivimos con el en la pantalla, genio total !!!!!


  14. se extraña a esa clase de actores. sin dudad el mejor en su genero. insuperable. un grande con todas las letras. por suerte todavía se pueden ver sus peliculas y disfrutar de ese gran talento que tenia. gracias eternas


  15. Desde niño me enamoré del western, recuerdo que junto a mi padre (admirador y fanático de John Wayne), mi madre y todos mis hermanos disfrutamos de sus películas, gracias a este actor aprendí a amar este maravilloso arte que es el cine. No puedo ver una película de John Wayne sin pensar en mi padre. Gracias por este maravilloso artículo.


  16. Gracias a ti por leernos Marcelino Carvajal Leal


  17. Excelente biografía de este gran actor que era uno de mis preferidos,que pena que todo lo bueno se va



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