El señor de los anillos: La comunidad del anillo («The Lord of the Rings: The fellowship of the Ring», 2001)

Antes de ver estas maravillosas películas, debo aconsejar a nuestros miles de lectores (si no lo han deducido ya), que los libros han de leerse primero, para disfrutar aún más de esta obra cinematográfica.

La historia nacida de la mente de John Tolkien nos sitúa en uno de los continentes de un mundo imaginario. Concretamente en el conocido como La Tierra Media. En este extraño mundo fantástico nos encontramos en con todo tipo de razas, desde los hombres, hasta los elfos, pasando por los enanos y los hobbits (pequeños seres, con el aspecto de personas, pero con ciertas particularidades, como los pies peludos y con una almohadilla natural en su suela, y su corta estatura).

Bien, pues la película comienza presentándonos al hobbit Frodo Bolsón que aguarda con ilusión la fiesta de cumpleaños de su tío. Poco antes de que ésta tenga lugar, aparecerá uno de los personajes más decisivos (y uno de los que a mi más me gusta): Gandalf el Gris, un gran mago, gran amigo de Bilbo, pero que no cuenta con gran simpatía entre la mayoría de sus congéneres hobbits.

Cuando comienza la ansiada fiesta de cumpleaños de Bilbo, a la que estaba invitada toda la Comarca (Región de la Tierra Media poblada por los hobbits) todo transcurre con normalidad, la gente se divierte, come, bebe y ríe despreocupadamente. Avanzada la noche los invitados instan a Bilbo a que diga unas palabras. A mitad de éste, Bilbo pronuncia unas misteriosas palabras y se esfuma en el aire.

Poco después aparece en su casa y allí le está esperando el mago, advirtiéndole que el anillo mágico que ha utilizado para hacerse invisible es peligroso. Bilbo parte de La Comarca hacia la Tierra de los elfos, dejándolo todo atrás, incluido su preciado anillo. Todas las posesiones del hobbit son heredadas por su sobrino, Frodo.

Poco después Frodo es advertido por el sabio mago sobre el anillo. Perteneció al Señor Oscuro Sauron. Varios anillos se entregaron a los reyes de las razas, con las promesas de poder, pero todos fueron engañados. En secreto Sauron forjó el anillo regente, con el poder de someter a todos los demás. Pero en la gran guerra, le fue arrebatado y por distintos azares del destino, Frodo era ahora el poseedor del anillo soberano. Debía partir de inmediato, por consejo del mago, a Rivendel, dominio del gran Rey elfo Elrond y esconder el anillo allí hasta decidir que hacer con él, pues no podía ser destruido en otro lugar más que en el que se creó; en los fuegos del Monte del Destino, en la Tierra de Mordor, donde el Gran Señor Oscuro Sauron era soberano.

Sin pensarlo Frodo, junto a su fiel sirviente Sam, parten a Rivendel. Por el camino se encontraran con sus amigos Merry y Pippin. A mitad de camino son perseguidos por unos extraños jinetes con oscuros ropajes. Los pequeños hobbits consiguen eludirles y llegar a Bree, lugar donde Gandalf les dijo que se encontrarían antes de seguir su camino hasta la tierra élfica. Cuando preguntan al posadero del pueblo, encontraron con que Gandalf está desaparecido…

Aunque gustoso seguiría y tendría conversaciones durante horas con cualquiera que me lo proponga, creo que no debería contar más, pues supongo que la gran mayoría habrá visto la película, pero no quisiera arriesgarme y prefiero que la veáis vosotros, y que disfrutéis tanto como disfruté yo cuando la vi por primera vez.

En cuanto al director, Peter Jackson, debo comentar que está es su obra más conocida, pero no quiere decir que haya sido la única, y por supuesto no fue la última, ya que poco tiempo después de acabar con la trilogía dirigió la archiconocida (y «archirreeditada») película de King Kong.

Nació en Pukerua Bay (Nueva Zelanda), el 31 de octubre de 1961. Jackson comenzó su carrera realizando filmes en su tiempo libre. Uno de ellos, Bad Taste, en 1987, (el mismo año de su boda con Fran Walsh) un film gore con el que consiguió notoriedad en el festival de Cannes, comenzando así su carrera profesional en el cine y el cual le permitió entrar en Hollywood. Al contrario de otros compatriotas, ha permanecido en su país realizando sus nuevos proyectos. Durante este tiempo fue adquiriendo o creando negocios para producir filmes en Nueva Zelanda.

Espero que sea de vuestro agrado mi primera aportación al Cinéfilo Enmascarado (ahora Kinefilia).

Título original: The Lord of the Rings: The fellowship of the ring.
Dirección: Peter Jackson.
País: Nueva Zelanza, EE.UU.
Año: 2001.
Duración: 165min.
Género: Aventuras, fantasía.
Intérpretes: Elijah Wood, Ian McKellen, Liv Tyler, Viggo Mortensen, Sean Bean, Sean Astin, Cate Blanchett, Ian Holm, Andy Serkis, John Rhys-Davies, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, Hugo Weaving, Marton Csokas.
Guion: Frances Walsh, Philippa Boyens y Peter Jackson, basado en el libro de J.R.R. Tolkien.
Producción: Peter Jackson, Barrie M. Osborne, Tim Sanders.
Música: Howard Shore, Enya.
Fotografía: Andrew Lesnie.
Montaje: John Gilbert, D. Michael Horton, Jamie Selkirk.
Diseño de producción: Grant Major.
Dirección artística: Dan Hennah.
Vestuario: Ngila Dickson.
Distribuidora: Aurum.
Calificación por edades: No recomendada para menores de doce años.

Óscar.